He perdido una oportunidad
han huído los recuerdos
de pasiones y paseos.
Del bosque de nunca jamás
donde no te avergonzaba
cogerme de la mano
y amar con ilusión.
Quizá no fui (no soy)
ese hombre misterioso
que esperabas, de cuya mano
brotaban conejos grises.
Lo mismo fue (no sé)
la piedad de mis ojos,
el perdón de mis labios,
caricias no perecederas
que sin embargo
han muerto para ti.
Yo estuve esperando
y sigo.
No he dejado de soñar
tu pelo, que me estrangula
como cuerdas de un violín
de oro (tengo miedo)
No llueve amor hoy,
ni misericordia.
Dios ha pretendido
que me lave el corazón
con el granizo
de una nube pasajera
cuya sombra sigue
y vive y mata.
Y odio.
Por no poder decir
te quiero
sin que te quedes callada
vuelvas la vista
y hagas como que estabas
demasiado absorta
en otra cosa...
miércoles, 17 de enero de 2007
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