domingo, 14 de enero de 2007

Quizá sea apócrifo

Tú, llegaste tarde,

tras un verano, largo,

del que traté de huir.

Tras vivencias que ahora

riegan mi sonrisa

o entristecen mis recuerdos.

Tú, viniste

ya pasados nubarrones,

escuchado entierros.

Cuando la vida

me había dado,

de nuevo cuerda y lecciones.

Me invitaste

a estar saciado de cariño,

a no querer pensar en ti

con otro nombre.

A no temer, ni reprimirnos.

Conquistaste,

edificaste las ruinas

que de mí habían caído,

instaurando tu gobierno amable

de sentido y paz.


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