Leonard Cohen, según dicen, es la única persona que puede presumir de que en su pasaporte, pone de profesión poeta... No son sólo sus canciones, sino su poesía la que conmueve.
Tengo entre mis manos un libro, (no es mío, todo hay que decirlo) que de prestado, pasó a ser un recuerdo imborrable de un gran amigo. (Tenemos que quedar para devolverte el libro, pero esa será sólo la excusa)
El caso es que me apetecía poner algunos textos tan desconocidos como impresionantes de este cantante canadiense. Vamos allá...
Muero
porque tú no has
muerto por mí,
y aún así
el mundo te ama.
Escribo esto porque sé
que tus besos
nacen ciegos
de las canciones que te emocionan.
No quiero que haya finalidad
en tu vida.
Quiero perderme entre
tus pensamientos,
igual que uno escucha a la ciudad de Nueva York
cuando se duerme.
El libro en cuestión se llama La Energía de los Esclavos. La mayoría de los poemas no tienen título, simplemente están numerados. Yo pondré algunos de esos que me conmueven.
Hago esta canción para ti,
Señor del Mundo,
que lo tienes todo,
menos esta canción.
Fulminante. Aunque tiene poemas que no soporto a los dos versos, otros te hacen pensar. Nunca he sido lector de poesía, más bien de canciones, pero me identifico mucho, después de leerlo, con el estilo de este hombre.
A los hombres y mujeres
que son dueños de hombres y mujeres.
Aquellos de nosotros que deberíamos haber llegado
a ser amantes
no os perdonaremos
por despreciar nuestros cuerpos y nuestro tiempo.
Me gustan estos fragmentos breves, pero que expresan tanto. Cualquiera puede adaptarlos a cualquier momento de su vida, porque al fin y al cabo, los seres humanos estamos todos hechos del mismo material...
Qué es lo que le ha ocurrido a tu cuerpo y a tu cabeza
que te permita darte esos aires.
Por supuesto, lo sabrás.
Y si no lo sabes,
como evidentemente ocurre,
cómo iba a poder yo destruir al desgraciado que
no te ama.
lunes, 29 de enero de 2007
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