Ya le temo a vivir sin ti.
Me da miedo preguntar
adonde vas
o si piensas volver.
Ya me imagino
arrodillándome a tus pies
suplicando una piedad
que altere tu vida
y reconforte la mía.
Tu no puedes entenderlo.
Yo había dejado ya
atrás el presente,
y el futuro eran,
más o menos,
un cúmulo de acciones
junto a ti.
jueves, 18 de enero de 2007
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