No he salido del agujero
en el que caí.
He destrozado pies y manos,
he vaciado mis ojos.
He recorrido el mundo
buscando una ciudad que no hubieras pisado
y quedarme allí.
He besado vírgenes,
abrazado santos.
He vuelto a sentirme
egoístamente deseado
cuando aún te quiero a ti.
Porque te tengo que ver,
porque te tengo que hablar.
Y te escribí (que tonto)
letras fuera de lugar,
versos de amor,
ahora llantos de piedad.
lunes, 5 de febrero de 2007
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