Perdido
como un necio
en la batalla
de la soledad.
Atormentado
por tus ojos
por tus besos,
por el agua turbia
que ha quedado
de ellos.
Evitando mi destino
envidiando
a la Muerte,
que se acerca
a mi cama
imitando tu sonrisa,
tu aire despreocupado,
misterioso.
La calma inquebrantable
de tus dudas.
sábado, 10 de febrero de 2007
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