sábado, 10 de febrero de 2007

Inquebrantable

Perdido
como un necio
en la batalla
de la soledad.
Atormentado
por tus ojos
por tus besos,
por el agua turbia
que ha quedado
de ellos.
Evitando mi destino
envidiando
a la Muerte,
que se acerca
a mi cama
imitando tu sonrisa,
tu aire despreocupado,
misterioso.
La calma inquebrantable
de tus dudas.

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