Esa esplanada
fría y gris
que fue
testigo silencioso del amor;
confesionario
de tus dudas.
Puerta al Hades
en que Cerbero me ladraba
para no dejarme entrar,
y un Santo
me cerró las puertas
del Infierno.
Esa esplanada
tormentosa
donde nació el amor.
Donde lloré la soledad
de perder tus labios,
tu calor...
Y mi Alma se heló
como los pies de un muerto.
sábado, 10 de febrero de 2007
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