Nos debimos quedar en el parque encerrados
y los ciervos salir de sus jaulas...
Debiste esperarte con calma a mi lado
a escuchar las trompetas del alba.
Estuvimos sentados
mirando hacia el Cielo,
esperando a que cayesen las estrellas.
No tuvimos paciencia y renunciamos
a tocar su polvo con las manos abiertas.
viernes, 30 de noviembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario