A veces en la vida nos embarcamos en algo sin saber muy bien el motivo. En realidad, tampoco soy de los que necesite un motivo para iniciar algo, pero la gente que te rodea siempre tiene esa pregunta en la boca: ¿Por qué? y un "porque sí" les suena a "no te lo quiero contar" Casi siempre, un porque sí, es mi respuesta.
Es como cuando queremos hacer un viaje, lejos... quizá la excusa sea olvidar, terminar una etapa, empezar otra. Reflexionar sobre lo que dejamos atrás, lo que podemos encontrarnos, sin renunciar al pasado, pero fijando la vista en un futuro, "aún por determinar..." También es muy cierto que cuando estas a punto de partir, aparece simbólicamente, esa persona en la estación, que esperabas que no iría a despedirte, y va porque no sabrá echarte de menos. Y quien dice persona dice cualquier otra cosa que te mantenga en tierra, aunque a veces sea el lastre de un globo que quiere elevarse y perderse y cruzar los cielos, y se lo impide.
Viajar por huir, por encontrar esa fé que necesitamos para no seguir corriendo de nosotros mismos, viajar por el placer de sentirnos parte de esta tierra que nos acoge, a pesar de todo.
Y después volver.
sábado, 3 de marzo de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Samu, ahora vas a hacer un viajes que, seguramente, te va a servir mucho para eso que dices. Es un viaje que te permite reflexionar, quizás más de la cuenta, pero es genial.
Besos
Publicar un comentario