Entre redes de alambre
o con la débil luz de un bar
alrededor.
Jamás encontrarías
a alguien que te amase tanto.
Tendrías que ir a un mundo
extraño
ajeno a lo que vivimos.
Donde a las miradas
las perdieran los océanos,
los mares.
Donde el tacto iluso de la brisa
asediase tus manos,
tu pecho.
Donde la tierra
latiese sin mi ayuda.
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