viernes, 13 de abril de 2007

¿Entonces qué?

No me importa la lluvia,
no me importa.

Ni que el cielo enfadado
nos azote con su llanto
cuando nos abrazamos
bajo él.

Y no me importa mojarme,
o que me ciegue unos instantes
el fogonazo de un relámpago,
si antes me has mirado tú.

No me importa que el mundo,
agotado, se rompa de pronto
bajo mis pies.

Y no me importa, creo
que no me importa nada,
y sólo me preocupa
perder de mis manos tu olor,
olvidar el sabor de tus besos.

No hay comentarios: