No me importa la lluvia,
no me importa.
Ni que el cielo enfadado
nos azote con su llanto
cuando nos abrazamos
bajo él.
Y no me importa mojarme,
o que me ciegue unos instantes
el fogonazo de un relámpago,
si antes me has mirado tú.
No me importa que el mundo,
agotado, se rompa de pronto
bajo mis pies.
Y no me importa, creo
que no me importa nada,
y sólo me preocupa
perder de mis manos tu olor,
olvidar el sabor de tus besos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario